El cáñamo como fuente de fibra téxtil

Las fibras largas tienen un gran valor en la industria téxtil. El procesado diferencial de las mismas llevará a conseguir hilos o tejidos con un amplio rango de calidades, desde muy resistentes para cordajes, velas de navegación, sacos, mallas, estopa, alpargatas,…hasta hilos y telas más finos y con grandes propiedades de resistencia y transpirabilidad, que los hace idóneos tanto para ropa de trabajo, ropa convencional o de alta costura.

En el plan de acción sobre economía circular del 2020, la Comisión Europea identificó a los téxtiles como prioridad dado su potencial significativo para la circularidad. El plan de acción reconoce que “los téxtiles son la cuarta categoría de presión más alta para el uso de materias primas primarias y agua, después de los alimentos, vivienda y transporte, y el quinto por emisiones de gases de efecto invernadero”, además del impacto por el uso de productos químicos durante su producción y por la forma de ser desechados tras su uso (EEA, 2021; EC, s.f.).

El cáñamo representa una fuente téxtil natural más respetuosa con el medio ambiente que otras fibras utilizadas actualmente.

Resulta más respetuosa que algunas otras fibras naturales como el algodón, por sus menores requerimientos hídricos y de fitosanitarios durante el cultivo.

En comparación con las fibras sintéticas, las fibras naturales como el cáñamo generan menor impacto por no provenir de una fuente fósil, contribuyendo a no generar tantos desechos plásticos y a minimizar la emisión tanto de gases de efecto invernadero como gases contaminantes.

Se estima que entre 200.000 y 500.000 toneladas de fibras microplásticas de téxtiles ingresan al medio marino cada año.

El problema de los desechos plásticos no es sólo su larga vida media hasta que terminan de biodegradarse por completo, sino su transformación temprana en microplásticos, que por su reducido tamaño se incorporan en todos los ecosistemas y en todos los niveles de la cadena trófica, suponiendo un problema de salud ambiental y salud humana importante.

Los microplásticos se desprenden de los textiles sintéticos a lo largo de su ciclo de vida: desde la fabricación de fibras y telas, pasando por el uso y el lavado hasta su disposición final, ya sea mediante vertedero, incineración o reciclaje. Se estima que entre 200.000 y 500.000 toneladas de fibras microplásticas de téxtiles ingresan al medio marino cada año (Sherrington, 2016; Fundación Ellen MacArthur, 2017).

Pero a pesar de este claro beneficio de las fibras naturales sobre las sintéticas, hay que tener en cuenta que las fibras naturales consumen superficie de terreno cultivable, disminuyendo el espacio para el cultivo de alimentos. Por ello, el uso indiscriminado de suelo para producir téxtil tampoco es una opción sostenible.

En este sentido, el cáñamo supone una opción menos impactante para el medio ambiente que otros cultivos de fibras naturales utilizados para producir téxtiles, como podría ser el algodón.

Las razones están relacionadas con:

  1. La posibilidad de utilizar todas las partes de la planta
  2. La polivalencia del cáñamo, pudiendo destinarse cada parte a fines industriales distintos
  3. La rusticidad del cultivo de cáñamo, que puede adaptarse para resistir condiciones climáticas adversas y muy variadas, además de poseer una resistencia natural a plagas y enfermedades, limitando el uso de fitosanitarios.





Referencias:

European Environment Agency, Published on 28 Jan 2021, Briefing no. 25/2020 Title: Plastic in textiles: towards a circular economy for synthetic textiles in Europe HTML – TH-AM-20-021-EN-Q – ISBN 978-92-9480-304-7 – ISSN 2467-3196 – doi: 10.2800/661804 PDF – TH-AM-20-021-EN-N – ISBN 978-92-9480-305-4 – ISSN 2467-3196 – doi: 10.2800/555165.

European Comission, s.f. A European Green Deal. https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/european-green-deal_en.

Sherrington C. Plastics in the Marine Environment. Eunomia Research & Consulting Ltd (2016), p. 13